Activar la marca de manera correcta y alinearla con nuestra estrategia en todos los puntos de contacto, contribuye a generar experiencias que ayudan a fidelizar a nuestros clientes, y la hacen más memorable.
No sólo es necesario proyectar la marca hacia afuera, si no que en algunos casos, puede ser más importante su proyección hacia dentro.
Las empresas son personas, y deben conocer y sentir la marca antes incluso de que esta tenga su proyección al exterior. La medición de la Cultura es un aspecto necesario para poder alcanzar los objetivos de negocio.
El espacio físico es donde mejor se experimenta la relación marca-cliente.
Por eso es importante que esa experiencia sea única y completa.
Mobiliario, stands, mostradores, uniformes, rotulación, pos y oficinas, expositores, stoppers...
El diseño de packaging ayuda a la diferenciación del producto. Es uno de los principales elementos en la construcción de marca, y debe ser coherente y transmitir los valores y atributos de la misma.
Partiendo de un sistema normalizado, se llevan a cabo piezas que van desde la papelería o las tarjetas, pasando por anuarios, publicaciones, porfolios o cualquier otro material administrativo de la marca.
Un sistema de señalización efectivo nos ayuda a orientarnos dentro de un determinado espacio, y como cualquier otro punto de contacto, debe estar alineado con la marca.
La marca vive también en el espacio digital y todas sus manifestaciones (web, apps, rrss, etc), deben responder a la estrategia de marca para que exista coherencia y consistencia entre el Off y el On.