La elección de un logo para una marca no es tarea fácil, y más aún cuando el cliente no tiene muy claro la diferencia entre logo y marca, bien por desconocimiento, o bien por una asimilación indebida de los conceptos.
En algunas ocasiones esto repercute en problemas de entendimiento por parte del cliente, o en una mala interpretación o comprensión de los presupuestos. Y es que, aún teniendo algo que ver, la diferencia entre ambos conceptos es enorme.
El logo es lo tangible. Es la representación gráfica de una idea, digamos que es la respuesta o solución a un problema planteado. Esta solución, que ofrece el logo, es la de que seamos reconocibles por nuestro público/cliente/usuario.
No me reconocen= No me buscan
No me reconocen=No me encuentran
No me reconocen=No me recuerdan
Pero todo logo debe cumplir una serie de características o normas para que funcione como tal, y su construcción no responda a lo meramente estético. Si estas características no se cumplen, estaremos ante un dibujo o boceto más o menos estético, pero no ante un logo.
En nuestra opinión las cinco características indispensables a la hora de abordar cualquier proyecto de construcción o restyling de un logo son:
Podríamos añadir a esta lista otra característica más, que se considera ya tendencia, como es la Simplicidad. Y es que cada vez son más las grandes marcas que están evolucionando en sus restylings en favor de algo más sencillo y reconocible.
Habría que citar la gran importancia que ha tenido "lo digital" en este punto, y en consecuencia en la proliferación de los llamados "logos responsive", que buscan "encajar" mejor en el universo online.
Memorabilidad: El logo a través de su forma, de su color, y en definitiva de su diseño debe facilitar el ser recordado.
Representatividad: El logo debe representar a la compañía, negocio o producto.
Modularidad: El logo debe poseer la capacidad de adaptarse a diferentes formatos (verticales, horizontales, etc), y a las plataformas tanto offline como online.
Aplicabilidad: El logo no debe entrañar ninguna dificultad a la hora de ser aplicado. Así se deberán establecer tanto parámetros de equivalencia de color (CMYK, RAL, Pantone, RGB...), como parámetros de construcción (tamaños mínimos, aplicación en otros tamaños, criterios de escalabilidad, etc)
Legibilidad: Las posibles tipografías usadas en el logo deben ser lo suficientemente legibles para no obstaculizar su comprensión o lectura.
Pero no olvidemos en ningún momento que a todos estos conceptos hay que añadir un elemento crucial, sin el cual sería imposible la construcción del logotipo: la creatividad.
"La creatividad simplemente consiste en conectar cosas" Steve Jobs.
Esta capacidad, inherente al ser humano, que nos capacita para generar nuevas ideas, conceptos y asociaciones entre ambos, es también para algunos autores la habilidad de generar trabajo novel u original, y en ningún caso puede ser sustituida por la tecnología o software.
Por tanto, el proceso de creación de un logo está sujeto a una metodología, pero también tiene mucho de "humano", de talento, de saber conjugar todas las características que debe cumplir, con esa capacidad insustituible de crear que todo individuo posee.
Podemos afirmar entonces que el logo no es una marca, aunque forme parte de ella. Es una pequeña pieza, en un engranaje mucho más complejo de orquestar, en el que intervienen muchos más aspectos.
Una marca va más allá de un logo, tiene que ver más con lo intangible, con los valores, con el adn de una empresa o producto.
Una marca es lo que la gente dice, siente o piensa sobre un negocio, producto, servicio, empresa... o incluso sobre un individuo, ya que también cada uno de nosotros podemos considerarnos una marca (personal branding).
Si, lo que la gente dice, siente o piensa, porque son las personas, las que a través de sus propias experiencias con las marcas las definen. De ahí el esfuerzo de las marcas actuales por conectar con los clientes, por ofrecerles experiencias que puedan quedar en su recuerdo. Las marcas más fuertes del mundo tienen un lugar en la mente del consumidor y cuando se habla de ellas casi todo el mundo piensa en las mismas cosas.
Es de gran importancia que las empresas se conozcan bien a sí mismas, y sepan hacia dónde quieren dirigirse, antes de comenzar el proceso de construcción de su marca. ¿Quién soy?, ¿a qué público me quiero dirigir?, o si me diferencio o no de la competencia, son algunas de las preguntas fundamentales a las que se debe responder.
La marca, en definitiva, comporta un universo más complejo, implica un conjunto definido de expectativas y precisa de una estrategia de Branding para poder construir a su vez una reputación, basada fundamentalmente en las famosas 5 "C"
Ahora puedes preguntarte qué tiene tu empresa y/o que necesita, ¿una marca o un logo?