¿Podríamos averiguar la gama de coches, marca o tipo de concesionario escondidos tras cada una de estas dos situaciones, atendiendo solamente a cómo habla cada uno de los vendedores?.
Reconocer una marca sin tener que ver su cara, es decir, su Identidad Visual, dice mucho de cómo está construida.
Y es que la Identidad de una Marca se queda a medias si solo la construimos desde sus colores, logotipo, tipografías o sistema. Debemos apoyar la Identidad Visual al menos con la creación de una Identidad Verbal que nos facilite, de manera poderosa, la conexión emocional entre marca y consumidor, proyectando nuestra personalidad de forma clara, posibilitándonos la diferenciación de nuestros competidores.
Debemos saber que el Tono de Voz de una marca nace de sus atributos de personalidad, y por tanto, es desde estos atributos desde donde debemos arrancar su construcción.
¿Hablará igual nuestra marca si sus atributos de personalidad son Experto, Cercano y Valiente, que si son Inesperado, Soñador e Innovador?. Seguramente no. El Tono debe estar alineado con nuestra personalidad de marca, porque solo así podremos mantener la coherencia entre lo que somos y lo que decimos que somos. Si además nuestro producto o servicio, es decir, lo que hacemos también está alineado con estos dos aspectos, conseguiremos un triangulo perfecto en el que todos sus vértices convergen en un punto central llamado marca.
A partir de aquí el uso de los recursos lingüísticos, tanto de coherencia como diferenciales; el cómo utilizamos las palabras, cómo las escribimos, las historias que contamos e incluso como las utilizamos en cada momento nos posibilitaran la construcción de un lenguaje propio e identitario.
Al final, todo se reduce a cómo queremos que nuestra marca sea percibida por su audiencia. Podemos optar por hacer una declaración enérgica, utilizando un lenguaje que sea coherente con nuestra visión de marca y personalidad, o podemos ir a lo seguro, optar por la neutralidad y seguir al rebaño.
Tu eliges. Pero ahora ya sabes que si tu marca no tiene voz propia, nunca se escuchará por encima del ruido del mercado actual.